Socios de la Peña

A lo largo de su dilatada vida y en diferentes etapas han pertenecido a la peña “Amigos del Purche” un extenso plantel de montañeros, cuyos nombres damos a continuación.

Por sus especiales características (correr en montaña y competir), que exigía una cierta preparación física -seña de identidad que definía a la mayoría de los “purcheretes”- la peña normalmente siempre ha estado compuesta por hombres, aunque en ocasiones también han formado parte de ella mujeres -bien es cierto que pocas- cuyo sexo en nada ha desmerecido una excelente preparación física similar a la de los hombres. El hecho de ser la mayoría de los componentes del grupo buenos deportistas motivaba que muchos de ellos participasen en las diversas pruebas de maratón que se celebraban en la ciudad de Granada. Así, corrían maratones: Manuel Sevilla Ladrón de Guevara, Jesús Hurtado Abollado, Julio Molina Gualda, Manuel Osorio Ruiz (también participó varios años en la maratón de Nueva York), Antonio Palacios Espigares, José Serrano Martín, José Luís Martín Raya, Miguel Fernández Navarro, Rafael Garrido Contreras, Pedro Soria Fernández, Enrique Martín Casinello, Antonio Garrido Pintor...

Pero esa característica propia de la peña de correr en la montaña también ha sido un elemento negativo para ella, que al final ha supuesto su desaparición al no haber sido capaz de renovarse con sangre nueva. De hecho, cuando alguien solicitaba entrar en la peña la primera advertencia que Miguel hacía al nuevo aspirante era que para pertenecer a ella “había que sudar la camiseta”, por lo que muchos desistían tras la primera entrevista.

NOMBRE SOCIO	OBSERVACIONES
Alberto Amorós Aguilar
Juan Anguita Mata
Rodolfo Fernández García
Antonio Rodolfo Fernández Jiménez
Miguel Fernández Navarro	Compadre de Pedro Soria, terminó siendo el “compadre” de todos. Unas rodillas frágiles le hicieron retirarse de la montaña a una edad todavía joven, cuando aún le quedaban muchos años para poderla haber seguido disfrutando
Clemente Franco Rubio	Militar y en la actualidad en situación de reserva, es Licenciado en Historia. conectó con la Peña a principios de los años noventa atraido por las crónicas que aparecían en el priódico IDEAL
Jesús M. Fuentes Robles
Jerónimo Gamero Robles	“Momo”. Hombre frugal y sobrio, moderado y al mismo tiempo temerario (en los últimos tiempos, ya desaparecida la peña, se le veía andar sólo por esos senderos de Dios a pesar de tener una edad avanzada y de faltarle la visión completa de un ojo y media del otro, que perdió a consecuencia de unas cataratas no curadas a tiempo), enjuto de carnes y parco en palabras, educado en el trato, tras abandonar la peña continuó andando aunque, como decimos, ya siempre lo hacía en solitario.
Antonio Garrido Pintor	Médico cardiólogo, alto, delgado, muy bien preparado físicamente para la actividad senderista, que continúa desarrollando en plena forma.
Rafael Garrido Contreras	Tapicero de profesión, tenía un taller junto a la calle Elvira donde solían reunirse frecuentemente algunos socios. Magnífico montañero y excelente persona, al igual que le ha ocurrido a tantos otros, también una lesión, en este caso de espalda, lo alejó de la montaña antes de tiempo.
Miguel Gentil Contreras (†)	Socio fundador, murió joven. Tras su fallecimiento, se dio su nombre a la prueba anual de velocidad y posterior cross de montaña.
José González Ruiz	Apodado “Pepe del Sol” por trabajar en la “Camisería del Sol”. Gran competidor, a veces lo acompañaba un hijo suyo.
Nacho Guindo	Con sólo 16 años, fue el benjamín de la peña durante el poco tiempo que perteneció a ella. Mavit lo tomó bajo su cuidado y lo arropaba mucho en las excursiones –decía que era su “sobrino”-, por lo que se despistaban juntos (Mavit era famoso por su mal sentido de la orientación).
Juan Hervás	Madrileño, tras afincarse en Granada por motivos laborales, se integró plenamente en el mundillo senderista, en el que continúa. Por discrepancias con Miguel sobre la programación de las excursiones abandonó la peña, uniéndose a otro grupo.
Antonio Huete Ruiz	“El barbero” (†). Socio fundador, tenía una barbería en la Plaza del Campillo que era punto de reunión de los componentes del grupo casi todas las tardes. Fue tal su amistad con Miguel Martínez que entre ellos se llamaban “primo”.
Jesús Hurtado Abollado	Buen montañero y mejor persona, en una ocasión en que sorprendió al grupo una tormenta cerca de Vacares fue, junto con el Quico, el único que se atrevió a continuar hasta Trevélez.
J. Ramón Jiménez Cañete
Rafael Jiménez Fajardo
Karina,	Novia de Enrique Casinello, como montañera no desmerecía en nada del mejor del grupo.
Juan López Olea	“Juani” (†). Alegre, bromista, era el más elegante de cuantos componían la peña, siempre impecablemente vestido y muy bien peinado. Tenía una zapatería en la calle Molinos.
Enrique Martín Casinello	Tras su entrada en la peña fue su socio más joven pero no por eso el menos experimentado; todo lo contrario, experto montañero, estuvo a cargo del refugio “Félix Méndez” antes de que lo derribaran.
Antonio Martín Raya	“Niño”. Le faltaba continuidad para salir, algo que él siempre atribuía a cansancio originado por su trabajo (ciertamente duro) aunque posiblemente fuera debido a que le apasionaba más la tertulia cervecera. Sin embargo, en las pocas ocasiones en las que salía, sabía sufrir la dureza de la marcha sin pronunciar una queja.
José Luís Martín Raya	Era -es- un deportista, que entrenaba diariamente corriendo, nadando o en bicicleta, además de competir en triatlón. Sin embargo, una desgraciada lesión de columna le apartó de la competición aunque no de la sierra; su amor propio y su fuerza de voluntad le han hecho superar las secuelas de una difícil operación y es una auténtica alegría verlo aún -y por muchos años- en la montaña.
Miguel Martínez Martínez	“El presi” (†). Fue un auténtico enamorado de la montaña, sin la cual -y sin su mujer Angustias- la vida no hubiera tenido sentido para él. Socio fundador y auténtico motor de la peña, ésta pervivió mientras lo hizo él, de forma que, cuando faltó, la peña desapareció. Como montañero, tenía muchas virtudes –también algún defecto-, entre ellas la resistencia al dolor NOTA 8 × NOTA 8 Recuerdo que en una ocasión en que fui con él al Picón de Jeres, cuando regresábamos tropezó con una piedra y, imposible de frenarse por ir en carrera cuesta abajo, cayó de bruces impactando contra una roca. Sin embargo, sangrando por varias heridas en la cabeza y el rostro y seriamente lastimado en brazos y piernas, continuó corriendo sin permitir que le ayudara, a pesar de mi insistencia. . Cerrar  y a la fatiga, la capacidad para saber retirarse a tiempo cuando las condiciones meteorológicas lo aconsejaban, la perseverancia, el pensar siempre en los más desfavorecidos a la hora de planificar un acto social y, por encima de todo, su amor a la montaña.
Alejandro Melgarejo Sáez (†)	Socio fundador
Luís Mochón López	Perteneciente a la peña de “los alejandros”, una de las dos que se unieron en la de los “Amigos del Purche”, pronto abandonó ésta y continuó saliendo con otros grupos montañeros, sin que por eso decayera su gran amistad con Miguel Martínez y el resto de “purcheretes”; de hecho, ya jubilado, siguió subiendo a la sierra con los también jubilados de la peña (Miguel Martínez, Pepe Ríos, Juan Valladares...), que lo hacían, además de los domingos, uno o dos días laborables de la semana. Es todo un ejemplo a seguir pues actualmente, a sus 80 años de edad cuando escribimos esto, disfruta de una envidiable condición física y mental y produce sana envidia ver con qué facilidad continúa subiendo los duros repechos de las veredas de nuestra sierra.
Julio Molina Gualda	Buen maratoniano, se dejó las rodillas en el asfalto. Tenía un perro pastor alemán llamado Bruno que lo acompañaba por lo común en las excursiones; aunque el perro, en sus múltiples idas y venidas, se enredaba muchas veces en las piernas de los excursionistas, sin embargo divertía y en alguna ocasión incluso sirvió de ayuda pues conocía las veredas mejor que muchos y siempre subía el primero al pico (sólo faltaba que Miguel le hubiera dado los dos puntos de la excursión). Julio tuvo la suerte de verse agraciado con un premio de 65 millones de pesetas en la lotería primitiva.
Antonio Molina Villa
Ángel Moreno Quero	Panadero de profesión, llegó a la peña de la mano de Antonio el “fontanero”; durante el poco tiempo que perteneció a ella demostró buena forma y excelentes maneras
Miguel Morente Muñoz.	Falto de forma física y con escasa preparación, apenas hizo alguna que otra excursión con el grupo, a pesar de la insistencia de los compañeros, deseosos de ayudarle. Trabajaba en Viajes Marsans.
Valentín Mudarra López	Veterano de los primeros tiempos de la peña, fue dejando de salir con el grupo por problemas respiratorios.
Miguel Muñoz Mavit (†)	Era, de entre todos los socios que hemos conocido, uno de los que mejor bajaba; tenía unas extraordinarias cualidades para sortear los obstáculos en plena carrera en descenso y no había matojo, piedra o roca que él no evitase con sorprendente habilidad; de hecho, existía entre él y Miguel Martínez una rivalidad -sana rivalidad, como todas las que se establecen entre verdaderos amigos- por ver quien bajaba más rápido, competencia que el resto de compañeros estimulaban al grito de “¡Miguel, que se va Mavit!”, cuando Mavit, en un descuido de Miguel, se lanzaba cuesta abajo. Tenía fama de perderse con facilidad y era, junto con Eduardo Osorio, quien se veía obligado a sufrir las pullas de los demás por su mal sentido de la orientación.
Manuel Eduardo Osorio Ruiz	“El corneta”. Era el componente más joven de los “Amigos del Purche” cuando se constituyó la peña, en la que continuó a lo largo de toda su trayectoria. Excelente deportista, era asiduo participante en las maratones y medias maratones que se celebraban en Granada y otras ciudades españolas, incluso llegó a participar en un par de ocasiones en la maratón de Nueva York. Aún joven, un desgraciado accidente lo ha dejado postrado en una silla de ruedas, aunque estamos seguros de que con el afán de superación que siempre lo ha caracterizado, con sus ganas de vivir y con el cariño de su familia y amigos conseguirá superar tan amarga situación.
Antonio Palacios Espigares	“Nono”. Bajo de estatura y de complexión fuerte, su constitución física lo hace un excelente hombre de montaña, siempre dispuesto a subir a cualquier pico de la sierra que le propongan por adversas que sean las condiciones. Con un poco de suerte, entrará en el libro Guinnes de los récord como el tatarabuelo más joven de España.
Fernando Palacios Espigares	Hermano del anterior. Buen montañero y socio relevante, cuando Miguel Martínez anunció que dejaba la presidencia de la peña, él tomó el relevo durante los dos últimos años de existencia (con Juan Valladares de secretario y Miguel Serrano como tesorero). Por trabajar en Viajes Ecuador, se encargaba de contratar los autobuses para las excursiones familiares y otros eventos.
Concepción Palacios Espigares,	“Conchi”. Hermana de los anteriores. Sin lugar a dudas fue, junto con Karina, la mejor montañera que pasó por la peña.
Carlos Palacios Rodríguez	Hijo de Nono, fue el último eslabón en la peña de la saga de los “Palacios”.
Manuel Pancorbo del Moral	Llegó a la peña recomendado por la Federación Andaluza de Montaña; excelente compañero, desde su ingreso en ella se convirtió en uno de sus puntales. En el grupo era conocido como “el padre Manuel” por haber estudiado de joven en el seminario.
Alfredo del Paraíso	Desconocemos sus apellidos, pues “del Paraíso” es el sobrenombre con el que era conocido de forma general por ser dueño (o encargado, no estamos seguros) de la piscina que con este nombre existía en el camino de la Fuente la Bicha, a la altura del puente de hierro de Cuatro Caminos.
Manuel Peregrina Muñoz (†)	Funcionario del Banco Popular y miembro de la Federación Española de Deportes de Esquí, la muerte le sorprendió de forma repentina cuando escalaba otras montañas.
Miguel Peso Pozo	Fue uno de los socios más relevantes de los primeros años de la peña. Se programase la excursión que se programase para el domingo, él, además, subía al Purche. También era un magnífico atleta que participaba en todas las maratones que se corrían en Granada. En el grupo le apodaban el “puleva” por llevar siempre para el camino una botella de leche de esta marca. En las comidas de hermandad de fin de temporada solía componer alguna gacetilla simpática de hechos ocurridos a lo largo del año. Tenía un taller de reparación de automóviles –Talleres Mipe-, por lo que donaba trofeos para las diversas actividades que se programaban; también su hijo Miguel colaboró con la peña durante su etapa como Concejal de Deportes del Ayuntamiento de Granada. Otro hijo, Antonio, residente en Chicago donde trabaja como preparador deportivo, acostumbraba salir con la peña cuando se encontraba en España de vacaciones.
Ángel Pinel
José Ríos Jiménez (†).	Fue el miembro de más edad del grupo mientras vivió, seguido por Manuel Ruiz Fajardo y Miguel Peso, ambos un año menor que él. Era conocido en la peña como “el coche escoba”, pues siempre se quedaba acompañando al más rezagado, a pesar de tener facultades para ir en cabeza. Antes de morir dejó encargado que sus cenizas fuesen enterradas en el Purche, cerca del lugar donde todos los años se coloca el Belén, para así “no faltar ningún año a la cita”, deseo que, tras su fallecimiento, cumplió su viuda.
Juan Ríos Jiménez	Hermano del anterior. Al principio salía con frecuencia en las excursiones pero poco a poco fue a menos, al contrario que su hermano. Sí era un gran colaborador en la organización de actividades, junto con su hijo Juan, colaborando en controles y trazados de pruebas, incluso ponían una furgoneta de su propiedad a disposición de la peña.
José Rocino de la Fuente	Entró en la peña a mediados de los años ochenta, junto con su socio Pepe Sanjuan, ambos propietarios de varias tiendas de telefonía móvil cuyos productos comercializaban bajo la denominación empresarial Ferosan. Amante de la bicicleta de montaña y bon vivant, sabe disfrutar de los momentos buenos de la vida sin por eso descuidar sus obligaciones.
Mari Carmen Rodríguez García	Cuñada del Nono. Perteneció a la peña poco tiempo, lo que fue una pena pues andaba muy bien.
Remedios Rodríguez García	Hermana de la anterior.
José Romero	De joven fue corredor de fondo, uno de los pocos atletas profesionales granadinos durante los años cuarenta, llegando a correr bajo el patrocinio del club Real Madrid. El hecho de no haber abandonado nunca la práctica de esta actividad deportiva le ha permitido llegar a una edad avanzada (en la actualidad cuenta 77 años de edad) en unas excelentes condiciones físicas. En el mes de agosto del año 2000, con 69 de edad, fue uno de los que participaron en la señalización del GR-7 a su paso por la provincia de Granada, señalizando más de 450 km en 27 días, hecho que resaltó “Collado Sur”, revista de la Federación Andaluza de Montaña en su número del III Trimestre de ese mismo año.
Pedro Romo
Francisco Javier Ruiz Esteban
Manuel Ruiz Fajardo (†)	Funcionario de la Cámara de Comercio de Granada, fue el Secretario “perpetuo” de la peña hasta comienzos de los años ochenta, en que fue relevado en esta función por Valladares (también “a perpetuidad”). Fue Ruiz Fajardo quien tuvo la idea de enviar a la prensa –por aquellos años los diarios Patria, Ideal y El Día de Granada- una crónica semanal de las excursiones realizadas por la peña, iniciativa que sirvió para que el grupo fuese popularmente conocido por los granadinos.
Manuel Ruiz de Toro (†)	Apodado el “argentino” por haber nacido en Buenos Aires, hijo de padres españoles emigrantes. Delgado y valiente, fue un “purcherete” de los que dieron fama a la peña. Ebanista de profesión, tenía un taller en la Avenida Cádiz.
José Salguero.	Fue un gran “purcherete” de los que competían en la montaña. Un desgraciado accidente le dejó mermado de facultades. Era maestro de obras.
Antonio Sánchez Fajardo	“El fontanero”. Participaba en casi todas las excursiones, tanto de baja como de alta montaña, por lo que siempre se clasificaba para trofeo. Era, además, una gran persona.
José Sánchez Vargas	Conserje jefe de la Facultad de Farmacia, ingresó en la peña ya en los últimos momentos de su vida (de la peña) de la mano de Pepe Sanjuan, de quien es amigo íntimo desde los tiempos de la mili. Esta vocación tardía, unido a una deficiente preparación física y escasa voluntad de perseverancia, hizo que solamente se le viese durante un corto período de tiempo.
José Sanjuan Rodríguez	El “san” de Ferosan, su charla amena era el complemento imprescindible de cualquier excursión, eso sí, siempre que quienes le escuchen se provean de unos buenos tapones para los oídos. Buen amigo de sus amigos, sus actuaciones en el ámbito de la vida diaria están marcadas por la sinceridad.
José Serrano Martín	Empleado de Cortefiel, posee unas notables cualidades físicas para la carrera y el montañismo, además de voluntad para practicarlos. Por lo general, en las excursiones de baja montaña sólo se le veía al comienzo y al final de la marcha pues sus excepcionales cualidades para la carrera y su preparación hacían difícil seguir su ritmo.
Miguel Serrano Martín	Hermano del anterior, carece de la constancia de su hermano para salir más a menudo por lo que, cuando lo hacía, le faltaba forma física para acabar. Por el contrario, de otras cualidades anda sobrado. Administrativamente era un gran colaborador de la peña.
Manuel Sevilla Ladrón de Guevara	Era sobre todo un gran maratoniano, además de notable montañero. Trabajaba en una vaquería propiedad de su familia en el camino de la Zubia.
Silvestre (†)	Regentaba un pequeño bar en Pinos Genil, parada obligada de todas las excursiones que tenían este pueblo como punto final. Aunque no pertenecía a la peña, se le nombró socio de honor en reconocimiento a las muchas atenciones que tuvo para con los “purcheretes”, con los que acabó uniéndole una gran amistad; tanto es así que, ya jubilado, traspasó la taberna a Juan Rojas y cuando se enteraba que algún socio de la peña había llegado al bar ya estaba él allí para echar un rato de charla. Cuando falleció, la peña ofreció una misa por el eterno descanso de su alma y su viuda, agradecida, siguió regalando todos los años el vino mosto que se consumía en el aperitivo que tenía lugar tras la colocación del Belén.
Pedro Soria Fernández	Sus notables aptitudes físicas (poco peso, nada de grasa, fibroso, gran capacidad pulmonar, bajas pulsaciones), su preparación, su constancia y su fuerza de voluntad compensan con creces una leve deficiencia física en una pierna arrastrada desde niño. Buen conocedor de Sierra Nevada, tanto de la alta como de la baja montaña, ir con él es todo un seguro: es la seguridad de no equivocar el camino cuando la vereda, cubierta por la maleza, se pierde; la seguridad de tomar la senda adecuada que te lleve adonde quieres ir; la seguridad de que cuando el tiempo empeora vas a encontrar el refugio oportuno; en fin, la seguridad que da el saber que el ir con él es que se va a disfrutar la montaña.
Juan de Dios Valladares Guerrero	Es la memoria viva de la peña, la persona siempre alegre, servicial y comprensiva, aquél que con su buen humor y su afabilidad ha puesto paz en momentos delicados. Incapaz de perder el buen humor en ningún momento, ni siquiera en circunstancias harto penosas que ha tenido que sufrir, ante las que cualquier otra persona que no sea él se hubiese rebelado. Fue recogiendo todos los testigos de la peña, realzándolos: así, cuando Pepe Ríos, por la edad, dejó de hacer excursiones de alta montaña, fue Juan quien le sucedió en la costumbre de no dejar nunca solo al último (no en vano Pepe había sido su padrino en su primera ascensión a un tres mil cuando entró en la peña); también sucedió a Fajardo como secretario “a perpetuidad” y a Miguel Peso en la composición de “carocas” y gacetillas de la peña.
Vicente Vidal Gómez	“Quico”. Si alguien, durante el transcurso de una marcha, tenía necesidad de cualquier cosa, bien de algún componente del equipo de montaña que hubiese olvidado, o cualquier ingrediente o recurso necesario para poder continuar, no tenía más que pedirlo a Quico, quien solía llevar en su mochila los útiles más insospechados, aunque todos necesarios en un momento dado; incluso llevaba preservativos, artículo utilísimo aunque no de los más necesarios en la montaña... ¡como no fuera con las cabras!.