Expedición al Mont Blanc
En el verano de 1975, cuando la escalada en Granada todavía no había tomado el auge que alcanzaría unos años después, Miguel Martínez y Vicente Vidal realizaron la ascensión al Mont Blanc, coronando su cúspide el 19 de agosto, noticia de la que dio cuenta el diario Ideal. Ambos montañeros salieron de Chamonix a las 7 de la mañana del día 18, trasladándose hasta el refugio Le Nid Aigle en los medios mecánicos de la zona -tren cremallera-, lugar desde el que comenzaron la marcha a pie hasta el refugio Tete Rousse, recorrido en el que invirtieron seis horas y donde hicieron noche y descansaron. A las dos de la mañana del día siguiente, encordados y con crampones, iniciaron la ascensión al Mont Blanc, coronando a las seis y cuarto de la mañana, tras una subida muy penosa debido a las bajas temperaturas nocturnas y viento frío y a una copiosa nevada que les sorprendió a mitad de camino, lo que hizo que la marcha fuese más lenta.
Expedición a los Picos de Europa
En el invierno de 1989 Enrique Martín Cassinello, acompañado de otros dos montañeros granadinos, Juan Martínez Valvey y Juan Ramón Jiménez Sánchez-Cañete, se desplazaron a los Picos de Europa con objeto de
escalar el Naranco de Bulnes por su cara sur.
Después de atravesar toda la península de sur a norte llegaron a los montes cántabros, ascendiendo el primer día, tras una marcha de dos horas y media, a Cabaña Verónica, un refugio único construido en 1962 con los materiales de una torre de batería antiaérea de un portaviones, donde pernoctaron. Pero antes, la misma tarde de su llegada, ascendieron al Pico Tesorero, verdadero mirador de toda la sierra; terminado en forma de pirámide, coronaron la cumbre por una de sus aristas, divisando desde la cúspide la mole del Naranco con sus 550 metros de pared vertical.Los siguientes días, con objeto de ir cogiendo forma para la ascensión al Naranco, los dedicaron a coronar los picos más atractivos de la zona: Peña Blanca, Horcados Rojos, Llambrión, Peña Santa de Castilla, etc., además de realizar algunas travesías por los valles cercanos.
La desilusión para los expedicionarios llegó cuando decidieron acometer la escalada del Naranco pues la gran cantidad de nieve que había acumulada en la pared hacía muy peligroso el intento, en vista de lo cual decidieron marchar a la zona de la Garganta de Cares, un desfiladero al norte de los Picos de Europa, cerca de Cangas de Onís.