En las excursiones de alta montaña, que se iniciaban en los meses de marzo o abril y terminaban en septiembre-octubre, dependiendo de las
condiciones meteorológicas anuales, había una mayor variedad, no tanto en cuanto a los recorridos, que no solían variar de un año para otro, sino sobre todo en cuanto al calendario en que se realizaban, el cual dependía también de las condiciones meteorológicas y de la mayor o menor cantidad de nieve que quedase en el itinerario a recorrer, circunstancias que obviamente cambiaban el calendario de cada excursión de un año para otro.
En la mayoría de las excursiones de alta montaña el traslado desde Granada hasta el punto de inicio de la marcha suponía emplear un tiempo considerable, que después se necesitaba para llegar al punto de destino dentro del horario previsto, por lo que en la mayoría de las ocasiones el horario de los autobuses de línea (en particular los de la empresa Bonal) y su mayor tardanza hacían aconsejable el alquiler de una furgoneta que acercase a los participantes hasta el lugar de comienzo de la excursión. Cuando ésta comenzaba y finalizaba en el mismo paraje, el traslado se hacía en uno o varios de los coches particulares de los participantes.
Las excursiones más habituales de alta montaña solían ser las que se ralacionan a la derecha de este artículo.