Agradecimientos

Agradecimientos

Este relato quiere ser una breve historia de la Peña montañera “Amigos del Purche”. Pero quiere ser, ante todo, el reconocimiento a quien fue no sólo uno de sus fundadores sino quien le dio el aliento necesario para que la Peña perviviera en el tiempo durante más de cuarenta años, hasta el momento en que él mismo faltó; cuando careció de su esfuerzo y de su ánimo, la Peña se disolvió. 

Este relato está basado principalmente en las notas que Miguel Martínez -el “presi”, como cariñosamente le conocíamos- fue tomando y guardando celosamente a lo largo de los años, y que su mujer, Angustias, cariñosamente puso a nuestra disposición, así como un gran número de fotografías que su marido había ido recopilando a lo largo de toda una vida dedicada a la montaña. Para ella, nuestro agradecimiento. Nuestra labor, pues, solamente ha sido recopilar todas estas notas y comentarios y darles forma.

Luís Alcalá, propietario del bar El Albergue En esta crónica no podía faltar tampoco el reconocimiento hacia todos aquellos organismos oficiales y casas comerciales que ayudaron a la peña para la realización de diversas actividades, donando trofeos, camisetas, material deportivo y subvencionando determinadas pruebas deportivas, en particular el cross de montaña “Miguel Gentil”. Muchas de estas actividades no hubieran sido posibles sin su generosa aportación:

Excmo. Ayuntamiento de Granada.- Excma. Diputación Provincial de Granada.- Patronato Municipal de Deportes de Granada.- Ayuntamiento de La Zubia.- Caja General de Ahorros de Granada.- Caja Provincial de Ahorros de Granada.- Caja Rural de Granada.- Cervezas Alhambra
Aguas de Lanjarón.- Productos Mari Toñi.- Puleva.- Coca-cola.- Centro de Modas Cortefiel.- Agencia de viajes Wagons Lits.- Deportes Nevada.- Moto Deporte.- Talleres Miguel Peso.- Ferosan.- Bar “El Albergue”

Placa  al bar EL ALBERGE, concedido por la Peña.Pero una peña es sobre todo –y ante todo- un grupo de amigos. Son ellos los que la forman y constituyen, y sus vivencias y anécdotas, y el recuerdo de los buenos momentos pasados juntos –y otros no tan buenos en los que, de alguna forma, también hemos sufrido-, es lo que hemos intentado reflejar. Algunos de los antiguos socios, por inevitable efecto de la naturaleza humana, ya no están entre nosotros. Otros, también por imperiosas razones de edad y de salud, están retirados de la montaña. Los más, aún siguen pateando los senderos y veredas de nuestras sierras con envidiable espíritu. Para los primeros, vaya nuestro recuerdo emocionado y nuestra oración. Para los demás, nuestra amistad y nuestro agradecimiento porque en su compañía hemos pasado momentos maravillosos de camaradería y de satisfacción. Para aquél que, por desconocimiento o por descuido nuestro, hayamos omitido su nombre, vaya por delante nuestra disculpa; sepa que sólo nos ha guiado la buena voluntad.